viernes, 2 de julio de 2010
VISTO EN INTERNET.
DISCURSO DE LA DIPUTADA LIDIA "PINKY" SATRAGNO EN LA SESION ESPECIAL POR EL BICENTENARIO
Creo que, en vez de rendirles un homenaje, deberíamos hacerles un desagravio a los hombres de Mayo.
Es cierto que, hace 200 años, había en la sociedad –como hoy y como siempre—porcentajes de mediocridad, mezquindades y enfrentamientos.
Sin embargo, al lado de esas fallas, nuestros antepasados derrocharon genio, generosidad y espíritu solidario.
Aquellos patriotas tenían visión, tenían objetivos y tenían capacidad de lucha:
- Contagiaban su patriotismo a la sociedad.
- La invitaban a una gesta.
Hoy, los argentinos no nos sentimos convocados a ningún esfuerzo común. No creemos en la unidad entre gobernantes y gobernados. No pensamos que nuestro bienestar está en manos de quienes conducen la Nación.
Quiero referirme a un hecho simbólico, no sin antes advertir que amo el fútbol. Soy “cuervo” y vibro con la selección.
Lo que me estremece es que hoy, en el Bicentenario de la patria, la esperanza de ganar en Sudáfrica sea el ÚNICO factor de unidad nacional.
Hace unos días, en Israel, Charly García interpretó su versión del Himno Nacional ante millares de argentinos.
- Al finalizar, no hubo vivas a la patria lejana;
- La multitud comenzó a corear “Volveremos, volveremos”, como si sólo la moviera la posibilidad de ser “campeones, como en el 86” .
Lo peor es que ese gesto sugería que, en caso de perder la selección (Dios y Messi no lo permitan) nos quedaríamos sin ningún factor de unión.
Creo que todos debemos reflexionar sobre el papel que cumplimos en esta sociedad.
Los que no somos Maradona, ni Mascherano, ni el Pipita Higuaín, ¿qué hacemos para que nuestros compatriotas se sientan orgullosos de ser argentinos?
* ¿De qué se ocupa esta Cámara de Diputados?
* ¿Cuáles son los proyectos que trata y cuáles son los que no trata?
* ¿Cómo van a cambiar, nuestras decisiones, la vida de la gente?
*¿En qué ayudaremos a que la Argentina se desarrolle, económica y
socialmente?
* ¿Qué aporte haremos a nuestra alicaída educación?
* ¿Vamos a quedarnos cruzados de brazos mientras la inseguridad se
lleva cientos de vidas por semana?
* ¿Seguiremos tolerando la desigualdad social obscena?
A mí me indigna cuando se me dice que “es difícil” hacer todo lo que deberíamos hacer. Que hay “muchos obstáculos”. Que los medios de comunicación no ayudan.
* ¿Era fácil construir, partiendo de cero, la armazón jurídica de un nuevo Estado, formar una burocracia, establecer un sistema judicial y crear un sistema monetario?
* ¿Era fácil enfrentar a los fogueados militares realistas?
* ¿Era fácil improvisar ejércitos con desertores, libertos y presos?
* ¿Era fácil, para un abogado como Manuel Belgrano, ganar las dos bata-
llas más trascendentes de nuestra historia patria, Salta y Tucumán?
* ¿Era fácil cruzar los Andes para liberar Chile y luego ir por mar a liberar el
Perú?
Los obstáculos que hoy tenemos son ínfimos al lado de los que debieron superar los próceres. No busquemos excusas. No convirtamos el Bicentenario en un show frívolo e intrascendente.
Como ferviente belgraniana que soy, pido que oigamos lo que, tantos años atrás, quiso enseñarnos Belgrano:
“Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será un país desgraciado, si esteriliza la feracidad de sus tierras y desatiende su industria. Pero eso no es todo. Sin educación, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”.
También dijo: “Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria."
Belgrano nos enseñó qué debíamos hacer !
Pero también nos enseñó cómo debíamos hacerlo !
Dijo que era necesario “trabajar por la patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método, no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia." El lo cumplió.
Recomendó, además, que los gobernantes no buscaran “glorias ni honores”, y que no respondieran a “intereses” distintos de los intereses de la Patria.
El día que todo esto sea verdad en la Argentina, podremos festejar sin hipocresías.
Ojalá sea el 9 de julio de 2010.
PARA LEER Y REFLEXIONAR
PUBLICACIÓN DEL DIARIO EL DÍA DE LA CIUDAD DE LA PLATA EL 30/05/2010
TENDENCIA QUE CRECE
Ya va a escuelas privadas el 30% de alumnos bonaerenses
La matrícula suma en esos establecimientos 1.600.000 estudiantes
El 34,7 por ciento de los alumnos bonaerenses se concentra en escuelas de gestión privada. Según datos oficiales, de los 4.600.000 niños y adolescentes escolarizados que tiene la Provincia, 3.000.000 concurren a colegios públicos y el resto a privados.
Esos números esconden un dato tan poco difundido como relevante. El titular de la dirección provincial de Educación de Gestión Privada (Dipregep), Néstor Ribet, señaló que "en líneas generales, más de la mitad de las privadas atiende a sectores sociales bajos y medio-bajos".
La observación no es menor, teniendo en cuenta que en el libro "Radiografía de la educación argentina", el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) afirma que "al sumar aportes estatales y pago de aranceles, la educación privada tiene un presupuesto un 30 por ciento mayor que su par estatal en la provincia de Buenos Aires", un "título" que, analizado fuera de contexto, puede llevar a pensar en una situación de inequidad en el reparto presupuestario (ver aparte).
El informe del CIPPEC destaca que "entre 2002 y 2007 casi 100 mil alumnos dejaron la escuela estatal". Esa cifra, confirmada por la cartera educativa bonaerense y casi equivalente a la población completa de Tierra del Fuego, convirtió a la provincia de Buenos Aires en el estado argentino donde más creció el traspaso de alumnos al sector privado en el decenio 1997-2007.
"Influyó un factor fundamental: esos años coinciden con los de la expansión económica del país", dice Ribet, para añadir que "luego se observó una consolidación de la matrícula en las escuelas públicas, en la cual tuvo gran incidencia la puesta en marcha de políticas sociales", asegura.
Si bien es cierto que a partir del 2007 hubo una merma en el fenómeno del traspaso, los números se mantuvieron "en positivo". Las inscripciones en colegios privados crecieron un 3 por ciento en 2008 y un 2 por ciento el año pasado. Los picos se registraron en 2004 (6%), en 2005 (4%) y en 2006 (5%).
Pero más allá del nivel de expansión económica que se dio entre el 2003 y el 2007, el estudio del CIPPEC cita otras causas. Una tiene que ver con "la transformación de la estructura social que ha vivido especialmente el Conurbano bonaerense en las últimas décadas", y la otra con los efectos nocivos de la reforma educativa implementada en los noventa -sistema de EGB y Polimodal- (ver aparte).
UN UNICO SISTEMA
En territorio bonaerense existen 7.400 servicios de educación privados. "No se deben confundir con escuelas -aclara Ribet-, pues un servicio es, por ejemplo, un jardín de infantes sin extensión al nivel primario. Si hablamos de colegios, contamos con unos 4.000", agrega.
El funcionario señala que "de ese total, el 70 por ciento recibe aportes del Estado. Los mismos no se otorgan por escuela, sino por servicio". Destaca que la Provincia es la que más porcentaje de su presupuesto destina a educación (35,9 por ciento) y que los subsidios al sector privado implican entre un 12,5 y un 13 por ciento.
CRITERIOS
¿Qué criterios se utilizan para realizar los aportes? "En primer lugar hay que aclarar que sólo se destinan para el pago de salarios docentes. Eso es así desde 1962", dice y enumera: "la ley provincial de Educación establece una serie de pautas: en primer lugar se evalúa el tipo de población que atiende la escuela; si se trata de un sector socio-económico con necesidades básicas, sin la ayuda estatal el colegio no podría atenderlo. En segundo término, la ubicación geográfica, que no se superponga con una institución pública que tiene la misma oferta educativa. Y tercero, que exista un proyecto académico sólido que justifique la inversión".
"Hablamos de un único sistema educativo con dos modos de gestión, estatal y privado, que busca sintetizar dos principios: justicia social y calidad del proyecto. El Estado privilegia la escuela pública, pero reconoce el rol que cumple el sector privado atendiendo a sectores muy disímiles y, en muchos casos, muy desfavorecidos", remata Néstor Ribet.
TENDENCIA QUE CRECE
Ya va a escuelas privadas el 30% de alumnos bonaerenses
La matrícula suma en esos establecimientos 1.600.000 estudiantes
El 34,7 por ciento de los alumnos bonaerenses se concentra en escuelas de gestión privada. Según datos oficiales, de los 4.600.000 niños y adolescentes escolarizados que tiene la Provincia, 3.000.000 concurren a colegios públicos y el resto a privados.
Esos números esconden un dato tan poco difundido como relevante. El titular de la dirección provincial de Educación de Gestión Privada (Dipregep), Néstor Ribet, señaló que "en líneas generales, más de la mitad de las privadas atiende a sectores sociales bajos y medio-bajos".
La observación no es menor, teniendo en cuenta que en el libro "Radiografía de la educación argentina", el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) afirma que "al sumar aportes estatales y pago de aranceles, la educación privada tiene un presupuesto un 30 por ciento mayor que su par estatal en la provincia de Buenos Aires", un "título" que, analizado fuera de contexto, puede llevar a pensar en una situación de inequidad en el reparto presupuestario (ver aparte).
El informe del CIPPEC destaca que "entre 2002 y 2007 casi 100 mil alumnos dejaron la escuela estatal". Esa cifra, confirmada por la cartera educativa bonaerense y casi equivalente a la población completa de Tierra del Fuego, convirtió a la provincia de Buenos Aires en el estado argentino donde más creció el traspaso de alumnos al sector privado en el decenio 1997-2007.
"Influyó un factor fundamental: esos años coinciden con los de la expansión económica del país", dice Ribet, para añadir que "luego se observó una consolidación de la matrícula en las escuelas públicas, en la cual tuvo gran incidencia la puesta en marcha de políticas sociales", asegura.
Si bien es cierto que a partir del 2007 hubo una merma en el fenómeno del traspaso, los números se mantuvieron "en positivo". Las inscripciones en colegios privados crecieron un 3 por ciento en 2008 y un 2 por ciento el año pasado. Los picos se registraron en 2004 (6%), en 2005 (4%) y en 2006 (5%).
Pero más allá del nivel de expansión económica que se dio entre el 2003 y el 2007, el estudio del CIPPEC cita otras causas. Una tiene que ver con "la transformación de la estructura social que ha vivido especialmente el Conurbano bonaerense en las últimas décadas", y la otra con los efectos nocivos de la reforma educativa implementada en los noventa -sistema de EGB y Polimodal- (ver aparte).
UN UNICO SISTEMA
En territorio bonaerense existen 7.400 servicios de educación privados. "No se deben confundir con escuelas -aclara Ribet-, pues un servicio es, por ejemplo, un jardín de infantes sin extensión al nivel primario. Si hablamos de colegios, contamos con unos 4.000", agrega.
El funcionario señala que "de ese total, el 70 por ciento recibe aportes del Estado. Los mismos no se otorgan por escuela, sino por servicio". Destaca que la Provincia es la que más porcentaje de su presupuesto destina a educación (35,9 por ciento) y que los subsidios al sector privado implican entre un 12,5 y un 13 por ciento.
CRITERIOS
¿Qué criterios se utilizan para realizar los aportes? "En primer lugar hay que aclarar que sólo se destinan para el pago de salarios docentes. Eso es así desde 1962", dice y enumera: "la ley provincial de Educación establece una serie de pautas: en primer lugar se evalúa el tipo de población que atiende la escuela; si se trata de un sector socio-económico con necesidades básicas, sin la ayuda estatal el colegio no podría atenderlo. En segundo término, la ubicación geográfica, que no se superponga con una institución pública que tiene la misma oferta educativa. Y tercero, que exista un proyecto académico sólido que justifique la inversión".
"Hablamos de un único sistema educativo con dos modos de gestión, estatal y privado, que busca sintetizar dos principios: justicia social y calidad del proyecto. El Estado privilegia la escuela pública, pero reconoce el rol que cumple el sector privado atendiendo a sectores muy disímiles y, en muchos casos, muy desfavorecidos", remata Néstor Ribet.
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